Asfalto (Joe May) 1929 |
Dame tus sueños, los que aúllan en las caracolas,
las silentes amarras de tu barco de las mil derivas,
las palomas castradas del vuelo de la inconsciencia,
las plumas sangrantes del tintero de tu alma.
Dame tu sueños, azotados por el viento del hastío,
el laberinto confuso de las perlas de tu mirada.
luces almibaradas en tus cuencas segadas,
¿dónde fue el ángel de la mañana que perfumó mis días?
Dame tus sueños, extremos y aniñados,
que curaban flores con el rocío de tus pasos,
acunando el azúcar de los pétalos de tu vientre,
rosa pálida que respira el azul de los amaneceres.
Dame tus sueños ahora, no te los quedes.
Te regalo mis sueños y mis ensueños. Quiero que me los devuelvas intactos.
ResponderEliminarGuardaré tus sueños para quieras recuperarlos.
ResponderEliminarSueños así hay que atesorarlos.
ResponderEliminarBesos.
Lindo poema, enhorabuena J. Carlos.
Feliz semana .
Muchas gracias por tus palabras y tu presencia, bienvenida a este espacio.
EliminarLos sueños son nuestro más preciado tesoro, ocultos, solo para nosotros; que algún día se hagan realidad.
Feliz semana
Es un poema muy bonito que despierta ternura, te felicito, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos, J.Carlos,
Muchas gracias por tus palabras, es un placer encontrarte aquí. Los sueños son la parte más íntima de nuestra presencia, nuestros deseos llevados al infinito.
EliminarSaludos Mº José.
Te dará los sueños, te mecerá entre ellos, y te sentiràs mecido entre caricias y susurros.
ResponderEliminarMucha ternura en tu entrada, me encanta como transmites y llegas, es un placer leerte.
Un beso.
Ser dueño de sus sueños, haberlos vivido y compartido, haberlos hecho realidad.
EliminarMuchas gracias por tus palabras, un placer encontrarte.
Besos